viernes, 8 de abril de 2011 | By: Paola

RESEÑAS

“DEFENDIENDO AL CAVERNICOLA”
La eterna lucha de sexos es la médula espinal de esta divertida comedia original de Rob Becker. Salpicando de múltiples toques de comicidad, este texto es un hilarante recorrido por las situaciones creadas a partir de la unión de un hombre y una mujer. Cuadro a cuadro la obra expone las necesidades sentimentales de ellas y subrayadas las de ellos.

Del mismo modo Defendiendo al Cavernícola es una agridulce e irónica crítica a los valores preestablecidos de nuestra sociedad. Los momentos más sarcásticos y punzantes de la humanidad son retratados desde una ángulo juerguista y festivo. Las quejas, protestas y clamores de ellas forman parte fundamental de este abanico desbordante de alegría y jolgorio, pero también hay un recuento de los traumas, desilusiones y frustraciones de ellos. Así al encontrar en el varón algo más que un costal de pensamientos lujuriosos y malintencionados encantos, será descubierta también la belleza de la femineidad que precisa de un justo complemento.

El personaje de este monólogo es un hombre nacido en la segunda mitad del siglo XX y a través de una incisiva mirada saca a la luz algunos de los más profundos secretos de la intimidad de la pareja. Además analiza su entorno social para explorar la eterna lucha entre unos y otras. Desde la época de las cavernas han existido las mismas diferencias, paradójicamente su misma condición humana los obliga a permanecer juntos ya que sólo así es posible encontrar la felicidad y la realización plena.

Defendiendo al Cavernícola es un chispeante estudio de caracteres y comportamientos, es una muestra de ese teatro lleno de sorpresas y maravillas que causan asombro y sobre todo mucho esparcimiento por lo que por más de diez años ha sido un éxito en Estados Unidos y Canadá. Al abandonar el teatro, el hombre primitivo dejará de ser para la mayoría un monstruo que arrastraba a su mujer del cabello y volverá a ser el maravilloso artista que plasmaba en las rústicas paredes las memorias de sus heroicas cacerías.

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